El mundo del ecommerce es una oportunidad en ascenso. Junto con la pandemia este sector se expandió y los comportamientos de compra cambiaron.
En marzo de 2020, la OMS caracterizó al COVID-19 como una pandemia. El avance de los contagios por este virus llevó a los gobiernos a tomar medidas drásticas que cambiaron muchos ámbitos de nuestras vidas y, de esta manera, las empresas debieron buscar la manera de mantenerse a flote.
A raíz de esto, el e-commerce sufrió un abrupto desarrollo comenzando a darle suma importancia a algunos procesos del circuito de venta que hasta ese momento no se contemplaban con tanto detenimiento. Sectores como la logística y el servicio postventa tomaron una relevancia que antes no tenían.
Por otro lado, ante el encierro, los usuarios debieron adaptarse a una nueva realidad y, por ejemplo, en América Latina, superar ese miedo y desconfianza que se tenía a la compra online para poder acceder a los productos que deseaban. Con el miedo nos referimos al temor a ser estafados, que los productos no sean como se ven en el sitio o que el pedido nunca llegue a destino, entre otros.
Resultados de una tecnología en ascenso
Esto llevó a que el ecommerce resulte uno de los mayores beneficiados por el cambio de paradigma. Si bien ya llevaba 20 años en un proceso de crecimiento exponencial desde el surgimiento de las plataformas de empresas como Mercadolibre, Despegar, Amazon, eBay y Apple con su Music Store, en el año 2020 muchas empresas que lograron adaptarse al cambio consiguieron desarrollarse de manera abrupta. Un ejemplo de esto es que, según un informe de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE) de Mayo de 2020 , el ecommerce en el país para ese entonces había experimentado un crecimiento del 84% en sus ventas, principalmente debido a la pérdida del miedo por parte del consumidor a comprar a través de internet, dada la falta de posibilidades para hacerlo por otro medio.
Esta evolución de las ventas online alcanzó en febrero de 2021 un crecimiento interanual del 124%, alcanzando una facturación diaria en Argentina que supera los $90 millones. De esta manera, se convierte en la principal manera de llegar al consumidor en la actualidad, y su desarrollo continúa dando tanto a vendedores como consumidores nuevas herramientas a lo largo de todo el proceso de compra.
Sabemos que el potencial del ecommerce es inmenso y las posibilidades infinitas. Por eso, nos entusiasma pensar en cómo va a seguir creciendo y qué oportunidades pueden surgir. Por ahora, podemos considerar que marca una tendencia hacia el futuro, y que llegó no solo para quedarse, sino también para liderar el mundo comercial desde una posición de jerarquía.
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